viernes, 25 de abril de 2008

Las competencias básicas y currículo.

Más allá de lo que pueda proporcionar las competencias básicas (CCBB) a la educación, lo que más inquietud crea con respecto a estas es cómo serán representadas estas CCBB en acciones concretas, cómo se van a ver plasmadas en las clases. Al hilo de esto, es cierto que saber qué es y en qué consiste una cosa es fundamental para luego poder utilizar dicho instrumento, pero ese conocimiento se queda obsoleto si a continuación no lo utilizamos de forma debida o no somos capaces de plasmarlo correctamente en cosas palpables y lógicas.

Antes de continuar, me gustaría exponer mi propia idea con respecto a los cambios continuos que está sufriendo la ley de educación en nuestro país. En mi opinión, el futuro de una población se mide por el nivel cultural de las personas que componen dicho núcleo. En teoría, ese debería de ser la mayor y primordial tarea del estado, culturizar a sus habitantes para que estos le proporciones prosperidad a la nación a través de mayores beneficios económicos. Ahora bien ¿cómo conseguimos aumentar el nivel cultura e intelectual de las personas? Está claro que esta pregunta es la que todavía no se han hecho los gobernantes. Si algo tengo claro después de lo vivido hasta ahora es que el cambio continuo produce inestabilidad y distrae a la población en cosas que las alejan del propósito primero. Por tanto, se hace necesario el asentamiento de unas bases sólidas, de una ley de educación que sea progresista y que satisfaga a todos, pero sobre todo que sea permanente y se consolide para poder obtener una buena “cosecha”. Pero ¿de verdad interesa esto? Esto es lo que más me inquieta y me preocupa. Tengo varios argumentos que me indican que no. Por un lado soy de los que piensa que la duración de un Estado corrupto es proporcional al grado de estupidez de la población, por tanto, no interesa que la gente pueda pensar pues eso iría en contra de los gobernantes. Por otro lado, un Estado es una empresa y como tal su mayor afán es obtener beneficios constantes. La implantación de una ley sólida necesita de recursos económicos y de subvenciones para poder sufragar los gastos necesarios. Así que, viendo los diferentes factores, tengo que decir, aunque me cueste, que los cambios continuos no son más que estrategias políticas para tener “adormilada” y aburrida a la población, para que no piensen en otras cosas.

Entrando de nuevo en el tema, las nuevas reformas educativas han de basarse en cuatro pilares: aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir, y no sólo dirigirse a la adquisición de conocimientos de forma aislada y descontextualizada, sin concebir la educación como un todo, que es como se presenta la vida real.

Las CCBB se definen como una combinación de conocimientos, capacidades y actitudes adecuadas al contexto, donde sus rasgos diferenciales serían un saber hacer y un saber ser y estar, necesarios para el desarrollo personal y social. Estos conocimientos no solo deben servir para “pasar” de curso en curso hasta completar la educación escolar, son que han de proporcionar herramientas de utilidad para la vida adulta, lo que incrementaría la motivación por parte del alumnado. A parte de lo comentado anteriormente, las CCBB plantean cuales son los aprendizajes fundamentales en cada etapa y constituyen un puente entre los objetivos y los contenidos de la misma. Su interdisciplinaridad permite una educación más integral, mejor que por materias, ganado así coherencia curricular. Por ello, la organización pedagógica de un centro debe variar cuando así lo haga su proyecto educativo.

Todo lo expuesto sería válido si esas CCBB fueran tomadas y utilizadas de forma racional y contextualizadas, sin estar sometidas a intereses políticos ni económicos, donde prime por encima de todo el aprendizaje del alumno.